La reconstruccion del vivir bien

Antes de aquel noviembre de 1532, cuando a Cajamarca ingresaban los barbudos españoles, nuestros pueblos desde Alaska hasta Tierra de Fuego, vivían desarrollando sus existencias sociales a partir de una visión integral donde Cultura, Organización, Economía y Territorio eran los ejes centrales y complementarios de quienes habitaban en estas tierras, esa visión se mantuvo por debajo, latente y vigente, en la comunidad estaban practicando la circularidad de la historia con sus vivencias. La situación de sumisión y reafirmación, garantizó la presencia de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas Originarios y Campesinos PNIOC, cientos de años después experimentamos la presencia de aquellos actores a los que se consideraban derrotados y asimilados en el mejor de las intenciones.

Aquella visión desestimada, subordinada y con clara intención de hacerla desaparecer de 1532 a los 1800, fue derrotada por los hombres y las mujeres que emprendieron el camino de la independencia, aunque no lograron concluir exitosamente ese proceso, por la acción “libertaria” que asumieron sectores y personas contrarios a la independencia de estos territorios.

El Primer gobierno patrio de Argentina, surgido el 25 de mayo de 1810 conformado por las Provincias Unidas del Río de la Plata, luego la República de Argentina y la Junta tuitiva del 16 de julio de 1809, la asamblea constituyente de 1825, crea la república de Bolívar, luego es Bolivia, son el ejemplo de aquellos que buscaron subordinar a los intereses grupales de quienes se consideraban destinados a dirigir los destinos de los nuevos países.

En estos procesos decisorios, los grandes ausentes fueron los Pueblos y Nacionalidades Indígenas Originarios Campesinos PNIOC, que habiendo perdido Libertad y Territorio en la colonia, con las nuevas repúblicas no solo fueron ratificados en esa pérdida, sino que era uno de los pilares económicos (vía impuestos) de las nuevas repúblicas.

Con mayor intensidad las nuevas repúblicas, superaron el carácter expoliatorio de la colonia, donde la base era el trabajo forzado para no perder los territorios a los PNIOC, se legalizaba la usurpación de sus territorios por la vía legal, como la Ley de ex vinculación de 1874 en Bolivia, causando escandalosos despojos de tierras para entregar a los “nuevos” propietarios, para generar los latifundios y la concentración de tierras.

“Nosotros mismos tenemos que volver a gobernarnos y decidir sobre nuestros territorios” sentenció con claridad un dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia CSUTCB, en la organización del Instrumento Político de los Pueblos en Marzo de 1995, cansado de transitar por la vía sindical en sus reivindicaciones, la constatación de no poder conseguir la satisfacción de las demandas mínimas para los pueblos y nacionalidades, y convencidos sobre la necesidad de ingresar a los niveles políticos y tomar decisiones desde la gestión en los diferentes niveles territoriales.

Bolivia constitucionalizó el vivir bien, no un vivir mejor a costa del otro, sino un vivir bien basado en la vivencia de nuestros pueblos. vivir bien es vivir en comunidad, en hermandad, y especialmente en complementariedad. Se transita de lo individual a lo colectivo.

La disyuntiva en el Instrumento Político, fue seguir las prácticas políticas tradicionales donde los intereses personales y grupales se sobreponen a los colectivos, el enriquecimiento es la meta al menor tiempo posible, sin importar la explotación y discriminación del semejante. O transitar sobre las prácticas propias –claro que había que recuperarlos y reafirmarlos- que en las comunidades estaban vigentes. Se decidió sobre este camino, con el objetivo de llegar a una independencia real, participativa, incluyente y plurinacional. Estas prácticas están basados en: vivir bien y no mejor.

Bolivia constitucionalizó el vivir bien, no un vivir mejor a costa del otro, sino un vivir bien basado en la vivencia de nuestros pueblos. vivir bien es vivir en comunidad, en hermandad, y especialmente en complementariedad. Se transita de lo individual a lo colectivo.

Mentir, robar, atentar contra la naturaleza posiblemente nos permita vivir mejor por un tiempo, eso no es vivir bien. Al contrario, vivir bien significa complementarnos y no competir, compartir y no aprovecharnos del vecino, vivir en armonía entre las personas y con la naturaleza. Para vivir mejor, frente al prójimo, tenemos que competir, ahora le han llamado competitividad, eso de creer que se es el mejor, se produce una profunda competencia, se concentra la riqueza en pocas manos. Vivir mejor es egoís­mo, desinterés por los demás, es individualismo, porque yo valgo, todo depende de mí.

El vivir bien está reñido con el lujo, la opulencia y el derroche, está contra el consumismo.

Nadie dice: voy a cuidar de mi solito

En el vivir bien, la persona individual tiene su parte, más importante es la comunidad, donde las familias vivimos juntas, organizadas, interdependientes y corresponsables de todo.

Somos parte de la comunidad, como la hoja es parte de la planta. Nadie dice: voy a cuidar de mi solo, no me importa mi comunidad, mi zona, ni mi barrio. Es tan absurdo como si la hoja dijera a la planta: no me importas tú, voy a cuidar de mi sola.

Todos valemos, tenemos nuestras tareas, responsabilidades y corresponsabilidades y en todos los casos parte de la tenencia de la tierra en forma individual y familiar para llegar al nivel del territorio en la comunidad, en el barrio, en la zona en las ciudades.

El trabajo genera felicidad

En el vivir bien. El trabajo es felicidad, desde la niñez hasta ser abuelos/as, trabajar es una constante tarea de aprender a crecer, es como respirar o caminar. No existe persona viviendo y gozando el trabajo ajeno, todos estamos dispuestos a compartir el trabajo y ser complementarios.

No trabajar y explotar al prójimo posiblemente nos permita vivir mejor por un tiempo, hasta lograr algunos beneficios materiales que satisfacen necesidades inventadas, eso no es vivir bien. El desarrollo está relacionado con el vivir mejor, parte de la certeza de tener más plata para comprar más cosas, que nos van a permitir satisfacer las necesidades, y todos los programas de desarrollo implementados entre los Estados y los gobiernos, absolutamente todos los programas de desarrollo desde la iglesia, nos han orientado a buscar un vivir mejor, porque las instituciones han acomodado su accionar, sus objetivos, indicadores y resultados a un mayor ingreso económico de sus beneficiarios para poder satisfacer sus propias necesidades.

Valorar nuestra vision de vida

Frente al fracaso del desarrollo, el mundo occidental quiere copiar la experiencia y la realidad de los PNIOC, de un modelo que demostró ser la única alternativa al modelo económico actual, aunque este en pleno proceso de consolidación. Plantean el desarrollo sostenible, desarrollo sustentable. Ahora plantean el desarrollo armónico, con identidad, un desarrollo para vivir mejor en vez de vivir bien.

El acceso a los “beneficios de la modernidad y el desarrollo, un vivir mejor a través de la “integración al mercado” y la incorporación de la lógica de valoración occidental de la geografía ambiental como es el turismo, la extracción del petróleo, la minería y las actividades productivas y económicas, convierte a la persona en mercancía, una cosa con valor económico, “tanto tienes tanto vales”.

Para tener valor en el mercado, hay que dejar los usos y costumbres tradicionales porque no son “no rentables”, renunciar a las prácticas locales y olvidar la capacidad de autodeterminación, ser fuerza de trabajo y permitir tanto el libre acceso de la minería y la extracción de hidrocarburos como el saqueo y la depredación de la naturaleza, funcionalizando los nuevos procesos económicos de ecologismo neoliberal y depender del Estado para que este resuelva las necesidades. Todos/as son cosas con valor, el mercado solo eso reconoce, deben ser los “mejores” el mercado no acepta cosas malas o de baja calidad, para el mercado deben ser competitivos, sólo entonces tendría valor.

La armonia con la naturaleza

Han hecho creer que el desarrollo es la salvación de la humanidad y ayudará a vivir mejor. La práctica es todo lo contrario, es el primer causante de la crisis económica extrema de los países, de las comunidades y del mundo, la crisis de la naturaleza y los graves efectos del cambio climático, el desequilibro de la vida comunal, el caos social y la amenaza a la vida y al planeta, provienen de esa competencia y “necesidades” del mercado.

La exagerada industrialización de algunos países, el consumismo enviciado y la explotación irresponsable de los recursos naturales amenazan a la madre naturaleza y subsistencia del planeta.

La sobreexplotación de los recursos básicos del planeta por parte de las naciones industrializadas, que cada año consumen 30 por ciento más de recursos que la tierra logra regenerar, amenaza tanto la vida en el planeta como la sobrevivencia de naciones y pueblos originarias indígenas campesinos que habitamos los ecosistemas más frágiles del planeta: bosques húmedos, tropicales, desiertos, páramos, montañas e islas, entre otros.

Cada vez son más fuertes y frecuentes los trastornos y desastres naturales causados por el cambio climático, como el Fenómeno del Niño y de la Niña, lluvias prolongadas, inundaciones y sequias, olas de calor, de glaciaciones aumento del nivel del mar, huracanes y tornados, incendios en el bosque húmedo tropical, expansión de enfermedades endémicas, alteración en las estaciones agrícolas.

La industrializacion no es

La exagerada e ilimitada industrialización de los modelos de acumulación occidentales, no son ninguna solución para la humanidad, ni podrá solucionar el cambio climático, ni la crisis global, que afecta profundamente a la madre tierra y la vida comunitaria.

A mayor industrialización, lo que se consigue es menor capacidad de regeneración de nuestro planeta, se termina los recursos naturales y se va destruyendo la vegetación de la madre tierra.

Ofrecemos al mundo la cultura de la vida

Por ser los PNIOC el reservorio de saberes ancestrales y conocimientos científicos de la vida para defender la sabiduría y forma de vida apegada a la tierra, los valores de convivencia entre las personas y entre el hombre y la naturaleza dentro de los límites del planeta tierra, representan la mejor alternativa para salvar el planeta.

Los especialistas intentan debatir con el pueblo indígena sobre cómo vivir en armonía con el mundo natural, no solamente en complementariedad con el ser humano, pueden tener mucho conocimiento, pero la sabiduría de los abuelos y abuelas no cabe en un libro. Como hijos de la pachamama, de la madre tierra, ofrecemos al mundo nuestros principios y códigos culturales, espirituales, lingüísticos e históricos, los conocimientos y saberes ancestrales de nuestros abuelos, la memoria histórica que descansa en la arquitectura, en la cerámica, en la textilería, todo el saber guardado que nuestras ancianas y ancianos susurran en el silencio y que podemos “leer” en sus arrugas y en nuestros libros de piedra, el hablar de los antepasados con que lagos y mares humedecen nuestras lenguas, el acontecer ancestral que nuestros genes despiertan y hablan de nosotros, que los montes y nevados nos dialogan que los vientos nos soplan en los oídos.

Recuperar la salud de la madre tierra

vivir bien es recuperar la vivencia de nuestros pueblos, recuperar la Cultura de la Vida y, recuperar nuestra vida en completa armonía y respeto mutuo con la madre naturaleza, con la Pachamama, donde todo es vida, donde todos somos uywas (hijos e hijas), de la naturaleza y del cosmos y no hay nada separado, donde el viento, las estrellas, las plantas, la piedra, el rocío, los cerros, las aves, el puma, son nuestros hermanos, donde la tierra es la vida misma y el hogar de todos los seres vivos, somos entonces parte del todo, ni aislados ni individuales.

Volver al camino del equilibrio

Las naciones indígenas originarias tienen principios y códigos que se han resistido en los años a los intentos de extirparlos, de hacerlos desaparecer, de dejarlos a un lado y en definitiva de derrotarlos, no han podido. Ahora deciden recuperar sus valores y códigos. Nos hemos organizado para volver a nuestro camino, al camino del equilibrio, camino que permita la armonía entre las personas, pero fundamentalmente la armonía entre los seres humanos y la naturaleza.

Volver nuevamente a ser Qhamiri, volver nuevamente a ser ellos y ellas mismas. Hemos dejado de ser, ya no somos. Volver a ser para nosotros, es volver a ser Qhamiri (que vive bien).

Los quechuas dicen queremos volver a nuestro camino, a nuestro origen y queremos volver a ser nuevamente Qhapaj (persona que vive bien). En los Guaraní, está el Iyambae (es una persona que vive bien), es una persona que se desarrolla plenamente de manera natural, sin estar sometida a nadie, Los mayas plantean que es una persona sin dueño, por lo tanto libre de decidir lo que puede hacer y lo que sí, debe responder a la comunidad.

Volver a ser qhamiri

Los andinos tienen como tarea volver al thaqi (camino de la vida), desde la niñez existen deberes y obligaciones que cumplir en la comunidad hasta la ancianidad, cada momento una tarea principal, es el camino de cada persona, no de forma aislada sino en la comunidad, en la zona, en el barrio. En quechua que plantean volver al Ñan. Volver al Tape dicen los Guaraní. Hemos decidido volver al camino del equilibrio entre todos y todas con la naturaleza.

Volver al thaqi, al Ñan, al Tape, es generar armonía entre el hombre y la mujer, entre el hombre y la naturaleza. Nuevamente tenemos que volver a ser nosotros mismos, vivir bien cada uno, en la familia, en la comunidad y con la naturaleza, tomar de cada Pacha tiempo y espacio, lo necesario para el uso y no como medio de acumulación por una necesidad creada. La colonización ha hecho que dejemos de ser y hemos ingresado al mercado, donde somos comprables y vendibles, tenemos un precio, dejamos de ser Qhamiri, y somos Licenciado, Doctor, Soy esto o aquello, creyendo que tenemos valor por lo que hemos adquirido. Muchos de nosotros hemos dejado de ser, ya no somos. Es un desafío desde la gestión pública volver a ser Qhamiri, Iyambae, Qhapaj, volver a vivir bien nosotros, al interior de las comunidades y con la naturaleza.

Más importante es la identidad que la dignidad

En los procesos de cambios que vivimos en América Latina, para volver a nuestro camino, estamos reconstruyendo el vivir bien, donde conservando nuestra identidad individual, lo que somos, como se respeta al árbol y las plantas. Se respeta a todo el conjunto, como también al ser humano y su entorno, respetamos al hermano y la hermana como se respeta a la naturaleza. La identidad está relacionada con el vivir bien, porque sólo sabiendo quiénes somos, podemos decir hacia dónde vamos. Si no reafirmamos la identidad, moriremos o desaparecemos, estuvimos en peligro de esa situación.

El vivir mejor está respaldando la dignidad de la persona, que debe tener un sueldo digno trabajando ocho horas, el trabajo digno de esclavo en las haciendas, el trabajo digno de vender caramelos en la calle, lustrar zapatos o ser aparapitas (cargadores), el trabajo digno de vender su propio cuerpo. La dignidad sin identidad es como una planta sin raíces y sin semilla original, es un disfraz occidental que olvida y excluye lo que tenemos dentro, es como el árbol de Eucaliptus, grande y frondoso, con raíces cortas, con un fuerte viento se viene abajo y muere.

En el vivir bien no es suficiente la dignidad, es más importante la identidad (quienes somos), que viene a ser el fundamento de la dignidad. Es más importante conservar la identidad a ser dignos, es importante el quienes somos a la dignidad de personas solas, de ciudadanos.

Buscamos una vida equilibrada

El vivir mejor cree en la justicia social, aunque nunca ha habido justicia. La justicia solo existe para unos pocos, cuando ellos logran alcanzar lo que entienden que es “justo” para ellos. La justicia social es algo imposible, por ahora, sin embargo hemos creído posible y luchar por ella para conseguirlo.

En el vivir bien no se busca solo la justicia social, porque cuando hablamos de construir una sociedad con justicia social, estamos hablando solamente de las personas individuales que tienen sus derechos y deberes. La exclusión no se acepta dentro del vivir bien, estamos contra la exclusión, contra la discriminación, contra la justicia social que representa posibilidad para una persona, nos interesa la comunidad, organizada mejor.

El desafío de la justicia social, es la búsqueda de una vida equilibrada, el equilibrio de las personas entre ellas y con la naturaleza de forma permanente, integral y activa.

La complementariedad va más allá de la libertad

El vivir mejor busca la libertad del robo, el pillaje y el saqueo del erario público por parte de una persona o de un grupo organizado para ello. La libertad de tener miles de hectáreas de tierras obtenidas ilícitamente, la libertad de explotación y saqueo indiscriminado de los recursos naturales, la libertad de continuar detentando y succionando los recursos estatales, para beneficio de cada persona, familia o grupo de forma aislada.

El vivir bien trabaja en complementariedad, porque todos somos hermanos, todos nos complementamos, unos necesitan de otros y los otros sólo se explican en los unos.

En las comunidades nadie es libre solitariamente. En nuestras comunidades, nos complementamos los unos con los otros, la mujer se complementa con el hombre, y el hombre se complementa con la mujer, y los dos con la naturaleza, para cumplir el rol de procreación y reproducción para perpetuar la especie humana.

El hombre no tiene que sentirse libre para destrozar la naturaleza, ella es nuestra hermana, smos parte de ella. Con la naturaleza nos complementamos.

Consenso más que democracia

Se busca profundizar la democracia, aplicar una verdadera democracia. No estamos contra ella. Queremos que se democratice la información, la educación, la salud, la cooperación, las responsabilidades y deberes de cada persona, de las comunidades en forma organizada.

En el vivir bien, se construye una soberanía donde las decisiones son asumidas por consenso, para solucionar los conflictos se ponen de acuerdo mediante el consenso comunal. La democracia permite el sometimiento, donde las minorías se someten a las mayorías o las mayorías someten a las minorías. De cinco personas, tres están de acuerdo y las dos restantes no, los primeros someten a los dos, que son minoría. En muchas oportunidades las mayorías se someten a las minorías.

En el consenso, todos y todas estamos de acuerdo en toda solución. Cada uno interviene con el mismo derecho, y las mismas oportunidades, de ser escuchado. Existe el convencimiento y acuerdo en consenso, tomar una decisión con la contribución de todos y todas, no mediante el voto individual, sino de la decisión de todos y todas, desde sus propias experiencias, sus saberes, sus usos y costumbres, todos tienen algo que decir y algo que hacer con referencia a lo que se viene discutiendo y se va solucionar en consenso.

Respetamos y vivimos con las leyes naturales

Los ancestros nos enseñaron a respetar la tierra, el agua, el aire y el fuego, ellos han estado ahí siempre y son necesarias para que viva el ser humano. Por eso, somos pueblos que sentimos y respetamos nuestra papa, la yuca, el maíz, a los cerros, los días y las noches, con las estrellas.

Desde tiempos inmemoriales hablamos con nuestras aguas y las respetamos, con el sol y la luna, con los vientos, los puntos cardinales y todos los animales y plantas que nos acompañan.

Reconstruir con creatividad y acción conjunta

Para reconstruir el vivir bien de manera exitosa, a las naciones indígenas originarias del Abya Yala nos toca impulsar acciones locales e internacionales, tomar iniciativas propias desde las comunidades y naciones.

Con iniciativas propias desde las comunidades y también con el apoyo de los gobiernos que impulsan el vivir bien de manera honesta, clara y definida.

Con prácticas y recursos propios desde el seno de las comunidades, impulsar la reconstrucción del vivir bien, basado en la complementariedad en armonía con la naturaleza dentro los límites que la salud de nuestra madre naturaleza permita, un vivir bien o buen vivir que apunta a vivir en comunidad, en hermandad y en plena complementariedad.

Bajar la palanca

La humanidad permite que 3 mil millones de personas no puedan comer diariamente, para alimentar mil millones de autos con los productos biocombustibles, ¡es una locura!, cada vez tenemos menos restos fósiles, hay menos energía y la industria exige más para satisfacer sus necesidades de ganancia, los países industrializados deben bajar la palanca del futuro, sustituir los actuales modelos energéticos y de desarrollo e ilimitado crecimiento económico, limitar el consumo irresponsable, el derroche de recursos naturales y la generación de basura que contamina y daña a la Madre Tierra. Si quiere sobrevivir.

Reconstituir la fuerza de dar vida de la mujer

En el vivir bien, habrá un nuevo varón/mujer, en integración y armonía con la pacha, tiempo y espacio de la comunidad. Entre las mujeres y hombres, que siendo semejantes aceptar las diferencias, disminuir las visiones distintas y fortalecer aquellas que unen, vivir más con el corazón que con la razón.

La mujer no solo es paridora de vida biológica, sino que teje la identidad socio-cultural y política de las nuevas personas, ella y el, con la comunidad y los profesores por ejemplo son responsables de crear las condiciones para una Educación de carácter integral, que cambie su visión la persona en la relación con sus semejantes y la naturaleza.

La mujer es partera de la vida biológica, social, cultural y política, de ella depende los mayores logros en Salud, Educación, y es celosa resguardadora de la comunicación y política de las comunidades, no hay mayor sistema de aprendizaje, teniendo a la mujer como referencia.

El Estado boliviano que estamos construyendo

Bolivia desde 1995, se encuentra en un periodo histórico con transformaciones estructurales, la economía, la organización social y la cultura. La Asamblea Constituyente fue el instrumento político inicial para establecer el nuevo pacto social intercultural y lograr el cambio institucional que permita el desarrollo de los pueblos y comunidades de todas las regiones del país.

Este instrumento ha normado el proceso de transformación y hacer posible la erradicación del origen colonial de la desigualdad y la exclusión que no consiguió eliminar el desarrollismo y fue profundizado por el neoliberalismo.

La transformación del país en el largo plazo, configura una Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática para que los bolivianos y bolivianas “vivamos bien“, para eso.

La Bolivia Digna erradicará la pobreza y toda forma de exclusión, discriminación, marginación y explotación, y permite el ejercicio pleno de los derechos sociales, políticos, culturales y económicos de la población. La solidaridad y reciprocidad se expresarán equitativamente en la distribución de las “riquezas” y los beneficios.

La Bolivia Democrática se funda en la sociedad plurinacional y comunitaria, donde el pueblo ejerce el poder político desde las regiones con actores sociales y los movimientos sociales e indígenas. El pueblo no sólo elige sino revoca mandatos, ejerce control social sobre la gestión estatal y es corresponsable en las decisiones sobre su propio desarrollo.

La Bolivia Productiva transforma, integra y diversifica la matriz productiva en el marco del nuevo patrón de desarrollo, ocupa el conjunto del territorio y logra el desarrollo de los complejos productivos integrales. También crea productos materiales e intelectuales con marca boliviana, industrializa sus recursos naturales y aumenta el valor agregado a sus exportaciones con el apoyo del Estado promotor y protagonista del desarrollo. Este Estado, con políticas productivas y un mercado interno fortalecido, genera excedentes, contribuye a la acumulación interna y distribución de la riqueza equitativamente.

La Bolivia Soberana toma decisiones propias y autónomas a partir de sus necesidades, perspectivas e identidades. También se relaciona digna y exitosamente en el contexto mundial, preserva relaciones armónicas y de equilibrio entre los países y consolida su soberanía alimentaria y energética en beneficio del Vivir Bien.

Este esfuerzo se orienta a construir una sociedad y un Estado en el que bolivianas y bolivianos “vivamos bien“. En este escenario se desarrollaá una concepción cosmocéntrica, holística y se privilegia el vivir en comunidad con el disfrute de los bienes materiales, espirituales y afectivos generados por la sociedad y el Estado.

En este contexto, el plan estratégico está orientado a desmontar el colonialismo y el neoliberalismo y construye un paradigma alternativo de desarrollo que contribuya a recuperar lo mejor de la humanidad y a garantizar la sostenibilidad del planeta.

En la perspectiva del vivir bien alcanzaremos a:

  • Desarrollar la economía con tasas de crecimiento sostenidas más altas que las obtenidas en los últimos 20 años y superiores a las del crecimiento demográfico.
  • Generar mayores ingresos en el marco de una distribución más equitativa, empleo digno y permanente, donde el trabajo es una actividad que contribuye a la realización plena de la persona.
  • Reducir la desigualdad social y economica, con una mayor disponibilidad y acceso a elementos materiales y espirituales satisfactorios, y los activos sociales y productivos.
  • Incorporar en las políticas y estrategias de desarrollo el enfoque social, de equidad cultural, género, manejo ambiental, innovación y aplicación de saberes y conocimiento.

Hasta ahora hemos logrado

  • Recuperación de los recursos naturales para beneficio del conjunto de los bolivianos y bolivianas.
  • Crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 5,3 por ciento como tasa promedio anual.
  • Disminuye la pobreza de 38,2% en 2005 a 17,3% en 2014. Los niveles de pobreza extrema en el área urbana bajaron, entre 2005 y 2014, de 24,3% a 8,3%, en tanto que en el área rural disminuye de 62,9%a 36,1%.
  • De ser el segundo país con mayor desigualdad el año 2005, pasa a estar entre los países con menor desigualdad el año 2013.
  • Se redujo la tasa de desempleo abierto de 8,4 por ciento en 2005 a cuatro por ciento en 2011.
  • Un promedio de 90 mil empleos creados por año.
  • A nivel nacional, el año 2005 el 10% más rico ganaba 128 veces más que el 10% más pobre, situación que se redujo a 39 veces el año 2014.
  • El Salario Mínimo Nacional de B$ 440 (US$ 63,22) en 2005, en el 2016 es de 1805 B$ (US$ 259,34).
  • 1.687.401 personas individuales y colectivas se beneficiaron con 73.383.030 ha y el 40 % de los titulares son mujeres.
  • 91.2 % de alfabetismo, con las campañas de alfabetización emprendidas.
  • 7.4 % de la oblación económicamente activa con desempleo.
  • El ingreso per cápita se incrementó de 1000 dólares a 2.794 en el 2014.
  • Cambio de la matriz energética del 50 por ciento del parque automotor.

Muchos de nuestros sueños, hemos ejecutado con la presencia de hermanos y hermanas desde los municipios con los/as concejales/as hasta los/as asambleistas nacionales y parte de los órganos de decisión y en nuestra visión ciclica de la vida colectiva. Caminamos en consolidación del paradigma del vivir bien. •

David Choquehuanca Céspedes: Ministro de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia.