Tragedia y desarraigo en los orígenes del Estado Islámico
Desde hace algunas décadas una misma pregunta subyace en gran parte de las reflexiones filosóficas que se realizan sobre nuestro presente. ¿Occidente está enfermo? Muchos piensan que sí, pero en realidad sería necesario preguntarse: ¿esta especial “patología cultural de Occidente”1 es factible de ser curada?
Parte de las respuestas sobre cómo curar esta grave enfermedad del mundo contemporáneo la tenemos que buscar, según Alain Badiou2 en “un tiempo que viene de lejos”. El filósofo francés de origen marroquí considerado por algunos un “radical chic” y por otros “un gran sistematizador y un excelente periodizador” nos guía para hallar la respuesta. Explica que el periodo que estamos viviendo posee, entre otros males, un “Estado” que se aleja cada día más de las funciones esenciales para las cuales fue ideado en el siglo XX, de amparo y contención social, y deja espacio a una desorientación global que genera nihilismo y destrucción. Alain Badiou en su conferencia del 1 de abril de este año en el Teatro de Aubervilliers –en un suburbio tranquilo de las afueras de París– analizaba de este modo las matanzas perpetradas en París y acotaba que no es extraño que sucedan estos acontecimientos en un mundo donde el 10% de la población mundial posee el 86% de los recursos disponibles y el 50% de la población está privado de todo bien esencial. Nos encontramos pues ante una “nueva reconfiguración oligárquica del sistema mundo” donde una “fatídica ausencia de una política emancipadora” da origen a las nuevas formas del viejo conocido “fascismo”. El terror oscuro que sumergió recientemente a Europa en el miedo viene de lejos y de cerca, viene de un horizonte occidental cotidiano violento con el que convivimos entre cansancio e indecisión, y viene de las políticas internacionales llevadas a cabo en las últimas décadas con desatino y cinismo. Sus síntomas son los asesinatos en masa, índices de una enfermedad grave del mundo contemporáneo que no sabemos curar. Hoy en día vemos en todas partes, y no son una excepción los países europeos, la destrucción progresiva del control del Estado, de los logros de los sindicatos, de la lógica de la nacionalización, de las leyes antimonopolio y de la desintegración de los derechos sociales de la población en general. En esto radica este nuevo “huevo de la serpiente” a través del cual se vislumbra no solo ya un futuro, como en la película de I. Bergman,3 sino un presente inquietante que muchos se obstinan en no ver. Es una realidad donde molestan los códigos que rigen el trabajo, la asistencia social, el sistema educativo, el viejo welfare y donde impera la expansión del Capitalismo que obviamente implica mayor concentración y el salvaje recrudecimiento de sus normas.
Así dadas las cosas la destrucción de la soberanía de los Estados nacionales y el total desmembramiento de los Estados coloniales de Medio y Cercano Oriente han provocado el nacimiento de zonas francas donde impera la anarquía y donde el Estado es el mayor ausente.
Así dadas las cosas la destrucción de la soberanía de los Estados nacionales y el total desmembramiento de los Estados coloniales de Medio y Cercano Oriente han provocado el nacimiento de zonas francas donde impera la anarquía y donde el Estado es el mayor ausente. Reinan los negocios de los grandes monopolios internacionales a los cuales tratar con las bandas armadas les asegura una mayor ganancia a un costo social cero. Libia es el ejemplo más claro, ya que en la antigua ex colonia italiana luego de cinco años de conflictos armados el Estado ha desaparecido dando nacimiento a una zona de anarquía donde dominan las milicias locales. Con ellas Francia e Italia negocian separadamente por su petróleo,4 olvidándose también que son parte de la misma supra estructura llamada “Unión Europea”. Con Iraq, Mali5 y África Central se ha hecho lo mismo, para llegar al caso emblemático de Siria donde un fantasma llamado Estado lucha todos los días por sobrevivir. En cinco años esta guerra ha provocado 500.000 muertos y cinco millones de refugiados. En este cruel enfrentamiento civil iniciado a principios de 2011 se enfrentan desde su inicio las Fuerzas Armadas de Siria6 del presidente Al-Asad contra grupos armados rebeldes de diversa índole, conocidos en Occidente como la “oposición siria”. A estos últimos se fueron uniendo los yihadistas del Estado Islámico7 lo que le permitió al EI expandirse e invadir vastas extensiones de Siria. Sin embargo, algunos grupos rebeldes yihadistas combaten tanto contra el gobierno como contra el Estado Islámico. Uno de los más grandes y activos es el Frente Al-Nusra, rama de Al Qaeda en Siria, que controla algunas franjas de territorio junto a otros grupos rebeldes y al gobierno.
Por su parte el Estado Islámico se nutre de la llegada de miles de combatientes desde países de todo el mundo y financieramente, de la venta de antigüedades expoliadas8 y del petróleo que extrae, “vendido sobre todo ilegalmente en Turquía”. En el norte del país las zonas fronterizas son controladas por milicias kurdas, que luchan principalmente contra el Estado Islámico, sin embargo algunas facciones kurdas como el PKK9 son atacadas por el estado Turco, a pesar de tener al EI como enemigo común.10 Con este propósito en agosto de este año la operación “Escudo del Éufrates” encabezada por Turquía, ha abierto otro frente contra el Estado Islámico en la frontera entre ambos países. La operación pretende limpiar la zona limítrofe de grupos terroristas, ayudar a mejorar la seguridad fronteriza e impedir una nueva oleada migratoria. En Bruselas no quieren entrar en discusiones con la transparencia de la colaboración otomana. Muchos afirman que Erdogan y su círculo cercano se ha enriquecido con el crudo que refina el Daesh, pero si bien “nadie se fía de Turquía” ninguno quiere enfrentarla. Hay desconfianza por parte de varias delegaciones europeas hacia el heredero de Atatürk,11 y también críticas por las incongruencias del perfil europeo de Erdogan. Aunque no se tratan públicamente las peligrosas relaciones que Ankara mantiene en Oriente Medio, en la capital comunitaria hay quienes dan credibilidad a las acusaciones rusas, a pesar de que no sean fuentes confiables, de que Turquía es uno de los principales compradores del petróleo que produce el Estado Islámico en zonas de Siria e Irak. O al menos un facilitador para su exportación, ya que Turquía posee internamente un petróleo un 50% más barato que en el mercado.
A su vez es notorio que Siria es el epicentro de un conflicto internacional por el control del paso de los gasoductos que transportarán el gas desde los centros de producción de los países de la órbita de Rusia y el Oriente Medio hacia Europa. No es un secreto que la cuenca oriental del Mediterráneo, que forman Siria, Israel y Líbano, posee una de las mayores reservas de gas natural y Siria es su clave de acceso. Por eso en la guerra de Siria se vive una encarnizada lucha por definir una serie de intereses en torno a la geopolítica del gas, dado que gran parte de los gasoductos que se proyectan para las exportaciones de las principales reservas mundiales que están en Rusia, Irán, y Qatar, tienen que pasar por Siria. Demasiados intereses económicos en juego alejan cada día más un futuro próximo de paz. Los gobiernos que forman parte de la UE son cómplices y conscientes de ser parte de un sistema que se está auto-destruyendo pero hoy en día ya no poseen el poder de impedirlo. Es justo a propósito de este escenario que Alain Badiou reflexiona:
«La situation du monde exige aujourd’hui la reconstruction à un niveau stratégique, idéologique et politique d’une alternative véritable au monde tel qu’il est. Le temps presse parce que le capitalisme, libéré, sans contrepartie, sans alternative, porte la guerre».12
Y aquí entramos en otro terreno minado porque hoy el “Estado Islámico” golpea el corazón de Europa desde sus entrañas. Porque existe la convicción de que la guerra ya no se mira solamente por televisión y que nuestro vecino musulmán puede no ser neutral. Se lo observa, se lo estudia y las miradas que lo circundan delatan un cierto halo de incertidumbre y desconfianza. Nadie está seguro, se vive en una indiferencia ansiosa y defensiva. A esta cotidianidad se agrega otra pregunta ¿por qué tantos jóvenes europeos y occidentales se han afiliado al amenazante Estado Islámico dejando de lado una vida tranquila en el supuesto primer mundo? El filósofo francés Badiou lo explica:
«La islamización es un proceso terminal, el motor propulsor, es la nueva variable fascista anidada en personas frustradas que ven en la islamización su válvula de escape contra un Occidente donde no han encontrado su lugar en el mundo».
Para Badiou los atentadores de París, Niza, Bruselas y Estambul (y deberíamos agregar Alemania) muestran la nueva cara del “fascismo nihilista” donde se persigue destruir la vida de los otros porque la propia no vale la pena de ser vivida. El pensador francés, dueño de un modo polifónico de entender la realidad, se inspira para esta respuesta en la tragedia clásica de Fedra (1677) escrita por Racine, en la cual la protagonista –obligada a confesar su crimen– admite con vergüenza el amor prohibido por su hijastro Hipólito afirmando que su “mal venía de lejos”. También nosotros, según este fino crítico de la modernidad y de los procesos de ruptura, podemos afirmar que nuestro mal viene de lejos respecto de la inmigración, al Islam, al Medio Oriente devastado y al saqueo de la madre África. Nuestro mal deriva del fracaso histórico del Comunismo. Y por Comunismo Badiou entiende “el nombre histórico que ha sido dado a un pensamiento estratégico aislado de la estructura capitalista hegemónica”.13 Nos encontramos ante la necesidad de irrigar las fuerzas disponibles con un pensamiento nuevo que favorezca la asociación del proletariado internacional nómade, proveniente de las zonas más devastadas del mundo, con los intelectuales y con las personas de la clase media, para que los consulten, para que vayan a encontrarlos, a hablar con ellos. Afirma Badiou que “no puede nacer ningún pensamiento nuevo en política sino se recurre a las alianzas inesperadas, a las alianzas improbables, a los encuentros igualitarios”. Y agrega un aspecto determinante, es necesario ofrecer a la juventud que no desea entonar un canto de gloria a Occidente, o que no desea encontrarse absorbida dentro de la burbuja del nihilismo homicida, una propuesta estratégica diferente que la saque de la desorientación en la que la ha inducido el modelo capitalista. La “desadaptación y el desarraigo” de los jóvenes con su entorno occidental son sólo el punto de partida. En general, los yihadistas europeos tuvieron un acercamiento a la religión a través de amigos musulmanes durante su adolescencia. Un estudio sobre la principal célula yihadista alemana señala que la conversión o reorientación al Islam más radical de sus fundadores ocurrió en la adolescencia en un periodo de rebeldía y de conflictos familiares.
La presencia de los extranjeros no es un fenómeno circunscripto o transitorio, ellos han llegado para radicarse y provocar que en una misma calle de Londres existan lugares de culto islámico, católico, hebreo y metodista a pocos metros de distancia con total normalidad.
Según el brillante Z. Bauman se puede leer los hechos de este oscuro período como la crisis del modelo de asimilación o bien como la crisis del modelo de multiculturalismo y para esto utiliza una metáfora verdaderamente eficaz. Para el pensador polaco nos encontramos frente a un campo minado donde sabemos que bajo tierra se encuentran bombas que tarde o temprano explotarán, pero no sabemos cuándo, la única certeza que poseemos es que lo harán en el momento más inesperado.14 Las razones que interactúan haciendo funcionar el mecanismo explosivo son dos: las migraciones de masa y la desigualdad social. Factores que están desde hace tiempo fuera de control dada la desocupación europea y extraeuropea, caso que es nuevo para Europa donde hasta hace algunos años se hablaba de ocupación plena y se olvidaban de su pasado de pobreza y miseria extrema. Sabemos también que las migraciones de masa no son un fenómeno nuevo en la historia de la modernidad, basta recordar que a principios del siglo XX Italia expulsó hacia las Américas a más de 20 millones de personas. Por otra parte las migraciones han existido desde siempre, ya que el solo hecho de modernizar ha significado la producción de un exceso de personas que buscan una vida mejor. Cabría preguntarse entonces ¿en qué radica el signo distintivo de las migraciones de las últimas décadas? Bauman responde que la diferencia se encuentra en la diversa reacción o percepción que las personas autóctonas de los diferentes países tienen hacia los nuevos migrantes. Hoy los migrantes “conservan su identidad y conviven en sociedades multiculturales donde la era de la asimilación ha llegado a su fin”. La presencia de los extranjeros no es un fenómeno circunscripto o transitorio, ellos han llegado para radicarse y provocar que en una misma calle de Londres existan lugares de culto islámico, católico, hebreo y metodista a pocos metros de distancia con total normalidad. Esta es una situación insólita, sin precedentes, para la que no se poseen los conocimientos teóricos ni las competencias necesarias, el verdadero desafío será crearlas ya que de la estación de la multicultura no se vuelve. Esta es una estación de partida y no de llegada, pues la política del multiculturalismo –todas las culturas tienen que ser respetadas simplemente porque son diferentes– ha creado el multicomunitarismo en el que coexisten diversas culturas y diversos pueblos, uno al lado del otro, en un conjunto de comunidades diferentes que no comunican entre sí. La receta será aprender a convivir en comunidad a sabiendas que hay un enorme divorcio entre el poder y la política. “Convivencia real” es la terapia clave que se elude.
Se podría concluir que Occidente está enfermo, pero que aún no se ha inventado la medicina indicada. Es como si la cura para el actual “mal de Occidente” navegase en las aguas inciertas de la medicina medieval donde el destino, el pecado y las influencias astrales jugaban un papel determinante en relación con las creencias del paciente y del médico. La esperanza de Badiou de una alternativa verdadera al mundo de hoy está lejos de llevarse a cabo. La convivencia aconsejada por Bauman también. El camino es largo aún, pero debemos intentar alejarnos del presente que construyen los medios de comunicación, confuso y sin memoria, donde nada parece relacionado con nada y donde todo se evapora rápidamente. Hoy más que nunca tenemos que reflexionar a partir de un tiempo que viene de lejos. •
1 Véase al respecto: L. Sáez Rueda, P. Pérez Espigares, e I. Hoyos Sánchez (eds.)(2011): Occidente Enfermo, Filosofía y Patologías de Civilización, GRIN, München.
2 A. Badiou, Conferencia en el Teatro de la Comuna de Aubervilliers tras los crímenes de masa del #13N #Paris del 1 de abril 2016
3 “El huevo de la serpiente”, película dirigida por Ingmar Bergman en 1977 y ambientada en el Berlín de los años 20.
4 Las reservas de petróleo en Libia son las más grandes de África y las novenas más grandes del mundo.
5 Tal vez sea necesario recordar que Mali es rico de yacimientos de petróleo, oro, uranio, sin contar los gigantescos yacimientos de bauxita de la cual se extrae el aluminio. Por lo cual es difícil establecer si las fuerzas francesas y americanas están defendiendo a la castigada población o a los yacimientos del subsuelo del avance de las milicias islámicas.
6 Bashar Háfez al-Ásad es el actual presidente de Siria, gobierna desde 2000 tras suceder a su padre, Háfez al-Ásad, quien presidió el país durante 29 años hasta su muerte.
7 El Estado Islámico es conocido como EI en español, ISIS en inglés, y Daesh en árabe.
8 Desde que el conflicto comenzó en marzo 2011 el patrimonio arqueológico de Siria ha sido progresivamente destruido o saqueado. Restos de las antiguas ciudades abandonadas se han vuelto a ocupar por los refugiados sin hogar. El comercio de antigüedades sirias saqueadas es estimado en dos billones de dólares, en su mayor parte se comercializan en cambio de armas, inclusive para muchos que están sin trabajo el saqueo es el único medio para mantenerse.
9 El PKK lucha por la independencia de Kurdistán como un Estado socialista y es considerado como organización terrorista tanto por el Estado turco como por Estados Unidos y la Unión Europea, que incluyó al PKK en el listado de organizaciones terroristas a petición de Turquía en 2004.
10 En realidad Turquía con estas acciones busca evitar que la población sea liberada por las milicias kurdas y que esto les permita a estos últimos crear un “corredor kurdo” a lo largo de la frontera turco-siria.
11 Mustafa Kemal Atatürk (1881-1938) fue un oficial del ejército turco y célebre estadista turco, así como el fundador y primer presidente de la República de Turquía, impuso una serie de reformas de gran alcance para crear un Estado moderno, democrático y laico. Atatürk significa Padre del pueblo turco.
12 J. Skalski, Alain Badiou: La situation du monde exige la reconstruction d’une alternative véritable. Revista L’ Humanité. entrevista a A. Badiou realizada el 4/3/2016, http://www.humanite.fr/alain-badiou-la-situation-du-monde-exige-la-reconstruction-dune-alternative-veritable-601048
13 A. Badiou (2016): Il nostro male viene da più lontano, p. 64, Torino.
14 Z. Bauman (2015): La convivenza…, p. 24, Casagrande.
* Viviana Silvia Piciulo, Dra. en Historia, docente e investigadora (Univ. de Bolonia / UBA).