¿De qué está hecho eso que llamamos “arte nacional”?
Siempre que aplicamos categorías dialécticas de análisis ajenas al lenguaje de las artes visuales, estas nos llevan a sacar rápidas conclusiones que, en general, suelen imponerle al arte una especie de vicariato multiuso. Entonces se reclama un “arte para la liberación”, un “arte para la revolución”, un “arte emancipador”, incluso un “arte peronista”.